He pensado, para despedir el año, dejar este bello y sugerente poema de Berthold Brech. Habla de la importancia del conocimiento y su utilidad. Ahora que estamos en época de turbaciones, donde lo que se prima es el conocimiento práctico y no el humanístico, creo muy útil leer este sencillo poema del dramaturgo alemán. Reflexionemos sobre su contenido. Que el nuevo año 2014 sea, al menos, un poquito mejor que el año que se marcha. Será, como siempre, un año de retos. En lo personal y en lo profesional. En lo personal, poder decir a mis hijos lo que el maestro Brech le dijo al suyo, aunque todavía no lo comprendan. En lo profesional seguir disfrutando de la maravillosa experiencia de enseñar y aprender enseñando, de poder seguir escribiendo y leyendo y, en definitiva, alcanzar aquello que uno de los padres fundadores de los EE.UU. afirmó como objetivo: la búsqueda de la felicidad.
¡¡¡FELIZ AÑO NUEVO A TODOS¡¡¡¡
BERTOLD BRECH
1940
Mi hijo pequeño me pregunta: ¿Tengo que aprender
matemáticas?
¿Para qué? quisiera contestarle. De que dos pedazos de pan
son más que uno
ya te darás cuenta.
Mi hijo pequeño me pregunta: ¿Tengo que aprender francés?
¿Para qué? quisiera contestarle. Esa nación se hunde.
Señálate la boca y la tripa con la mano,
que ya te entenderán.
Mi hijo pequeño me pregunta: ¿Tengo que aprender
historia?
¿Para qué? quisiera contestarle. Aprende a esconder la
la cabeza en la tierra
y acaso te salves.
matemáticas?
¿Para qué? quisiera contestarle. De que dos pedazos de pan
son más que uno
ya te darás cuenta.
Mi hijo pequeño me pregunta: ¿Tengo que aprender francés?
¿Para qué? quisiera contestarle. Esa nación se hunde.
Señálate la boca y la tripa con la mano,
que ya te entenderán.
Mi hijo pequeño me pregunta: ¿Tengo que aprender
historia?
¿Para qué? quisiera contestarle. Aprende a esconder la
la cabeza en la tierra
y acaso te salves.
¡Sí, aprende matemáticas, le digo,
aprende francés, aprende historia!
aprende francés, aprende historia!
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