martes, 19 de noviembre de 2019

Imperialismo y esclavitud. Comentario de mapa, imagen y artículo de prensa. Prácticas.


  La conquista y reparto del mundo y la creación de extensos imperios por las potencias industriales (Gran Bretaña, Francia, Holanda, Bélgica, Italia, EE.UU., Japón), fue una característica de la época del Imperialismo, fomentada por la búsqueda de materias primas, mercados y mano de obra barata, en muchas ocasiones esclava, para el desarrollo y crecimiento del capitalismo industrial en la segunda mitad del siglo XIX. y principios del XX.

  Una ideología reaccionaria y racista sustentaba esta expansión, apropiación y conquista de África, Asia y Oceanía.  Se trata del   Darwinismo Social. En este mapa observamos el reparto que del planeta: 

-Actividad: Comenta el mapa siguiendo el modelo de comentario que tienes en el blog.


 Los dirigentes de estas potencias no tienen reparo en cometer auténticos genocidios contra la población indígena. Aunque hay voces críticas en Europa, debemos destacar especialmente el caso del Congo Belga donde el rey Leopoldo II esclaviza y asesina a millones de indígenas, se habla de hasta 10 millones de asesinatos, siendo considerado hoy como uno de los mayores criminales contemporáneos. Pero más allá de la masacre belga en el corazón de África ( El corazón de las tinieblas, brutal y necesaria novela de Joseph Conrad, testigo de los hechos) salen a la luz otras atrocidades. Alemania llegó tarde al reparto pero se puso rápidamente manos a la obra para recuperar el tiempo perdido. 
-Actividad: Comenta esta imagen siguiendo el modelo de comentario que tienes en el blog.


-Actividad: Comentario de una noticia de prensa:  Utilizamos este modelo sencillo:



Artículo del New York Times dónde se revela uno de los asesinatos masivos que realizó el Imperio Alemán. Es importante que veamos cómo la historia está ahí y en ocasiones está muy presente, tanto que se convierte en un asunto de la actualidad. Noticia: https://www.nytimes.com/es/2017/01/03/alemania-lidia-con-el-genocidio-cometido-en-africa-mas-de-un-siglo-despues/







Continue reading the main storyFoto

El cementerio de los soldados coloniales alemanes que murieron durante la batalla de Waterberg en 1904, una batalla decisiva contra los herero, un grupo étnico nativo de Namibia.CreditJoao Silva/The New York Times
 WATERBERG, Namibia — En esta lejana esquina del sur de África, decenas de soldados alemanes yacen en un cementerio militar con sus nombres, fechas y detalles grabados en lápidas lustradas.
También hay una pequeña placa que fácilmente se pierde de vista en el muro del cementerio y rememora en alemán a los “guerreros” africanos que murieron en la batalla. Sin nombre, están entre las decenas de miles de africanos asesinados en lo que los historiadores han considerado —y lo que el gobierno alemán está a punto de reconocer— como el primer genocidio del siglo XX.
Un siglo después de perder sus territorios coloniales, Alemania y su antigua colonia, Namibia, están inmersos en intensas negociaciones para finalizar uno de los capítulos más terribles del pasado europeo en África.
Durante el dominio alemán en Namibia, que entonces se llamaba África del Sudoeste, funcionarios coloniales que estudiaban la eugenesia desarrollaron ideas en torno a la pureza racial y sus tropas intentaron exterminar a dos grupos étnicos rebeldes, los herero y los nama, algunos de ellos en campos de concentración.
“Será descrito como un genocidio”, dijo Ruprecht Polenz, enviado especial de Alemania a los diálogos, al referirse a una declaración conjunta que los dos gobiernos están preparando. Las negociaciones, que comenzaron este año, también se enfocan en cómo Alemania compensará y se disculpará con Namibia.
Esos eventos ocurridos de 1904 a 1908 presagiaron la ideología nazi y el Holocausto. Sin embargo, el genocidio en esta antigua colonia sigue siendo poco conocido en Alemania, en el resto de África y, hasta cierto punto, incluso en Namibia.(...).ontinue reading the main storyFoto

El memorial del genocidio en Windhoek, la capital de NamibiaCreditJoao Silva/The New York Times
 
 
 
 
 
 
 
 






No hay comentarios: