martes, 8 de mayo de 2018

EL SEGUNDO FRANQUISMO

  El franquismo fue mutando a partir de la segunda mitad de los años 50 por necesidad. Tras la debacle de Hitler, Franco fue dando pasos para acercarse al bloque occidental (EE.UU.) gracias a su demostrado anticomunismo en el contexto de la Guerra Fría, desligándose así de los caracteres más totalitarios del sistema (el nacional-sindicalismo, el dominio del partido único, Falange) para aparecer como un dictadura personalista, autoritaria, centralista y confesional liderada, como siempre, por la imagen omnipresente de Franco, que arbitraba entre las diversas "familias políticas" del régimen. A partir de finales de los años 50 y la década de los 60 se produce un notable cambio fruto de un gran desarrollo económico (El Desarrollismo) que genera una amplia clase media  más ilustrada y poco conforme con un régimen autocrático. Franco seguirá siendo ese líder supremo incontestable, al que todos respetan y se someten pero el poder ya no se concentra únicamente en sus manos como al acabar la guerra.


 


 
En sus aspectos más represivos la dictadura continuó practicando la violencia contra todo tipo de oposición (la Brigada Político-social, policía secreta fue creada en 1941) y también contra minorías socio-culturales. En este sentido se modificó de la Ley de vagos y maleantes, aprobada en la II república y más tarde se implantó una Ley sobre peligrosidad social, vigente hasta la Transición a la democracia que encarceló a homosexuales,gitanos y otros grupos marginales. También continuó la censura y el control ideológico por parte de la iglesia católica, bastante estúpida y ridícula en algunos casos (en el cine se cortaban escenas alterando el argumento, por ejemplo).




Con la aprobación  en 1966 de la Ley Orgánica del Estado (LOE), síntesis de las Leyes Fundamentales del Reino, se separaba la figura del Jefe de Estado (reservado vitaliciamente para Franco) de la del Presidente del gobierno que ocupará en 1972 el almirante Luis Carrero Blanco, liberando al generalísimo de esa pesada carga, dedicándose por entonces a labrar su imagen de venerable anciano que cuida de sus nietos, gran apasionado por los deportes cinegéticos (caza y pesca), presidiendo las finales de la Copa del Generalísimo, inaugurando pantanos y visitando entre grandes manifestaciones de fervor popular (previamente preparadas por los jerifaltes del Movimiento) diversas ciudades del territorio nacional, siempre publicitado por el NODO y los medios de comunicación permitidos.  La ley de prensa  de 1966 obra del ministro Manuel Fraga supuso la supresión de la censura previa abriendo las puertas a una mayor libertad de información limitada no obstante por la dictadura y la iglesia.

  Es la época en que, paradójicamente aumenta el paro, fruto del  Plan de Estabilización (1959), y millones de españoles deben salir a buscar trabajo al extranjero. Estos emigrantes envían divisas al interior, lo que junto a los créditos norteamericanos, del Banco Mundial y el FMI ayudan a salir del estancamiento al que la política económica falangista (la autarquía, 1939-59) había conducido al país. Las cartillas de racionamiento pasan a la historia y el hambre va desapareciendo poco a poco de la vida de los españoles.


   La balanza de pagos comienza a ser positiva y las reservas monetarias ascienden. Además comienza a llegar inversión extranjera, sobre todo, gracias al desarrollo del turismo a gran escala (propaganda de "Spain is different"). El contacto con otros estilos de vida y el acceso a la universidad de muchos jóvenes facilita un cambio en las costumbres sociales que conduce a la aparición de una sociedad más laica y abierta sobre todo en las capitales y, al mismo tiempo, menos dispuesta a mantener a la propia dictadura. 



  Por otro lado la OPOSICIÓN política en el exilio se reorganiza y planta cara al régimen (Contubernio de Munich, 1962), creándose posteriormente la Junta Democrática de España (en la que participa el Partido Comunista y seguidores de Don Juan de Borbón) y después la Plataforma Democrática (liderada por el PSOE) que confluyó en "Coordinación Democrática", conocida como la "Platajunta", dirigida por el abogado Antonio García-Trevijano y que proponía una ruptura democrática, es decir, caminar hacia un futuro proceso constituyente sin contar con representantes del "movimento", el partido único, y en el que se consultase en referéndum la forma de estado (Monarquía o República) cuando se produjese el hecho biológico (así se llamaba a la inevitable muerte del dictador, asumido ya que jamás podrían derrocarle en vida).


  Por otro lado pese al avance en la escolarización y el descenso del analfabetismo (Ley General de Educación, conocida por el nombre del ministro Villar Palasí),  así como una la incorporación de la mujer al trabajo asalariado y a la universidad siguió siendo una sociedad profundamente reaccionaria y machista que tenía a la mujer relegada a una posición de inferioridad legal. La mujer no podía, por ejemplo, abrir una cuenta corriente sin consentimiento de un varón de su familia. 
  
   Los "grises" (Policía Armada) se tuvieron que emplear a fondo en la represión de las huelgas estudiantiles, cada vez más numerosas, con gran repercusión internacional y Franco llegó a decretar el cierre de las universidades y  la suspensión de catedráticos contestatarios con el régimen ( Aranguren, Tierno Galván, etc.).  En 1963 el régimen creó el TOP (Tribunal de Orden Público) para juzgar delitos políticos, detuvo a mineros en Asturias durante las huelgas y ejecutó al comunista Julián Grimau, hecho que afectó negativamente a la imagen internacional del país. En 1968 la banda terrorista vasca ETA había comenzado sus asesinatos, incrementando así la presión sobre el régimen dictatorial.



  Sin embargo, no hay que olvidar que, hasta el final del franquismo (1975), se siguió deteniendo y torturando por parte de las fuerzas del orden (destacó, en Madrid, la Dirección General de Seguridad de la Puerta del Sol) y se continuó aplicando la Pena de Muerte, en ocasiones por Garrote Vil (como el caso de Salvador Puig-Antich), las últimas en septiembre de 1975, desatendiendo Franco el clamor internacional por la amnistía, incluídas las peticiones del propio Papa al que le llegó a colgar el teléfono. Franco, pese al aperturismo de su última etapa, en el fondo, jamás dejó de ser un tirano.











Aquí os dejo la presentación del tema de nuestro manual ( José Monllor):



Gráficos: Manual Vicens-Vives
Eje cronológico: IES Sánchez Lastra

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