La matanza de Atocha fue el asesinato de 5 abogados laboralistas, ligados al Partido Comunista de España, en un despacho de la calle Atocha de Madrid. El atentado, perfectamente planificado, correspondió a elementos de la extrema derecha muy vinculados al partido de Blas Piñar, Fuerza Nueva, de posiciones franquistas extremistas. Este crimen tuvo enormes repercusiones y a punto estuvo de lograr su objetivo: acabar con la todavía frágil democracia española. Se cumplen hoy 40 años de aquellos desgraciados sucesos, no del todo esclarecidos, como se puede comprobar por el hecho de que uno de los implicados en los asesinatos, Lerdo de Tejada, jamás fuera juzgado y se encuentre en paradero desconocido actualmente. Algunos autores "conspiranoicos" hablan de la actuación de la red GLADIO. En cualquier caso, otro episodio negro de la Transición, que estudiaremos al final del curso. Os dejo este artículo publicado en el diario La Vanguardia de Barcelona y otro de eldiario.es . Recordemos como se merece a las inocentes víctimas de este atentado:
Multitudinario entierro de las víctimas de Atocha |
http://www.lavanguardia.com/politica/20170121/413542955533/matanza-atocha-40-anos-caso-abierto.html
Cuarenta años después de los asesinatos, la causa sigue abierta: la Audiencia Nacional ha solicitado de nuevo a Bolivia la extradición de Carlos García Juliá, uno de los autores de la matanza de Atocha, que huyó aprovechando la libertad condicional y fue detenido en este país por tráfico de drogas. La matanza de Atocha aún es un caso abierto.
En la noche del 24 de enero de 1977, dos ultraderechistas entraron en el despacho de abogados laboralistas de Atocha, 55 y abrieron fuego contra los que allí estaban. Murieron los letrados Francisco Javier Sauquillo, Javier Benavides y Enrique Valdevira; el estudiante de derecho Serafín Holgado y el administrativo Ángel Elías Rodríguez.
Fue uno de los primeros casos instruidos por la recién nacida Audiencia Nacional. Las investigaciones revelaron que el crimen fue llevado a cabo por tres miembros de la ultraderecha, cercanos a Fuerza Nueva. Los autores materiales, quienes subieron al despacho y abrieron fuego con sendas pistolas, fueron José Fernández Cerrá y Carlos García Juliá. En la calle los esperaba en un coche Fernando Lerdo de Tejada.
Y fue un proceso salpicado de irregularidades. El juez Rafael Gómez Chaparro, procedente del Tribunal de Orden Público, concedió un permiso a Lerdo, que no se volvió a presentar y jamás fue juzgado. Por ello fue removido de su cargo. Cerrá y García Juliá fueron condenados a 193 años de prisión como autores materiales de la masacre.
En el año 1992, ambos quedaron en libertad provisional. Cerrá permaneció en España, pero García Juliá se marchó del país. En el año 1999 fue localizado en una prisión de la Paz, Bolivia, donde estaba ingresado por tráfico de drogas. En una entrevista que dio a un canal de televisión, había dicho que quería rehacer su vida, pero la siguiente noticia de él fue su relación con un cártel del narcotráfico. En 2001, el Gobierno, a instancia de Izquierda Unida, solicitó su extradición al país andino, que no llegó a fructificar. Según un auto de la Audiencia Nacional de esas fechas, a García Juliá le quedaban por cumplir 3.855 días de su condena.
En febrero de 1997, Cerrá terminó de cumplir su pena, y la causa prescribió para Lerdo de Tejada. Pero la Audiencia Nacional no cerró la carpeta de García Juliá y continuó haciendo trámites para que la causa no muriera. Así, cuando se cumplen los 40 años de la masacre, este mismo mes ha vuelto a solicitar que el Gobierno tramite su extradición a Bolivia, último país donde fue ubicado, según confirmaron ayer fuentes de este tribunal a La Vanguardia.
La matanza de Atocha fue uno de los puntos de inflexión de la transición. Hoy es historia de España y una herida abierta para los que sobrevivieron y para las familias de las víctimas. Pero no es olvido ni para los tribunales: es un caso abierto.
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