Joan Subirats |
Reproduzco este artículo del diario 'El País.cat' en donde el autor del mismo nos da su opinión sobre algunos aspectos de la sociedad actual. Está firmado por el politólogo de la Universidad Autónoma de Barcelona Joan Subirats. Leamos primeramente con atención el texto para posteriormente obtener de él las ideas principales y extraer el vocabulario, entablando después un breve debate en clase. Como propuesta de ampliación os propongo que redactéis un artículo de opinión de temática libre, siguiendo los pasos básicos de este que vamos a leer. Un esquema de cómo redactar un artículo de opinión lo tenéis pinchando aquí.
- Título: Democracia y economía 'black friday'
- Autor: Joan Subirats
- Enlace: http://ccaa.elpais.com/ccaa/2014/12/14/catalunya/1418583109_308647
- Vocabulario: Posmodernidad, sociedad de consumo, Día de Acción de Gracias, lobbie, sindicato, cambio climático, negacionismo, salario mínimo, IVA, democracia, libertad, autonomía personal
- Entradilla del artículo: La libertad en la posmodernidad permite cambiar de canal de tv, de novio o novia, no el mundo y las condiciones que lo hacen injusto
- Cuerpo del artículo:
Este
año el fenómeno netamente norteamericano del black friday ha empezado a generar notables
impactos también aquí, incorporándose en la estrategia comercial que señala el
inicio de la campaña navideña. La costumbre de realizar grandes descuentos
justo después del Día de Acción de Gracias, se ha ido extendiendo a todo el
mundo. No solo en los EEUU, sino también en el Reino Unido se han vivido
enfrentamientos entre clientes para conseguir unsmartphone o
una televisión de plasma, o se ha llamado a la policía para proteger centros
comerciales ante la avalancha de compradores. La mayoría son gente trabajadora,
con salarios bajos que aprovechan las ofertas para poder afrontar los regalos
de Navidad.
Este año, en pleno black
friday, muchos de los empleados de Walmart en las más de 4.000
tiendas de la cadena comercial más importante del país lucían esta pegatina: Walmart:
Stop Bullying, Stop Firing, Start Paying (Dejen de acosar, dejen de despedir,
empiecen a pagar). Se quejaban de los bajos salarios que les impiden llegar a
fin de mes. Los Walton, propietarios de la cadena, son conocidos por sus
posiciones de extrema derecha, venden armas y apoyan a los lobbies que las producen y protegen, financian
las campañas negacionistas del efecto invernadero, se oponen a la regulación
del salario mínimo y acosan a los que se afilian a sindicatos.
Pero, más allá de estos hechos, lo que se ha
denominado la Walmart economy, es
aquella que trabaja en los márgenes de la economía productiva, comercializando
productos de baja calidad, producidos en condiciones draconianas en China y
otros países, con salarios que apenas si permiten sobrevivir a los empleados,
mientras la cadena aumenta beneficios. La lógica es: te pago mal, pero puedes
ir tirando e incluso consumiendo comprando chorradas con grandes descuentos.
Trabajadores pobres, con salarios en el límite para subsistir y comprar
endeudándose, pero insuficientes para poder vivir dignamente y sentirse
ciudadanos. Ese es el tipo de economía que está generalizándose. Tensiones
entre pobres que compiten por trabajar al precio que sea, por obtener los
productos de consumo más deseados y publicitados uno de esos días de grandes
descuentos, y que acaban hundiendo cada día más las condiciones de vida de la
gran mayoría, mientras crecen los beneficios de los que financian todo el
tinglado.
Las
manifestaciones en los EE UU contra las condiciones laborales de la cadena
Walmart, contra las exigencias patronales para abrir antes el black
friday y tener más
posibilidades de venta, aunque fuera obligando a los empleados a no celebrar el
Día de Acción de Gracias con la familia, son para algunos el inicio de un nuevo
ciclo de luchas sociales. No ya asociadas a elementos genéricos de malestar o
indignación, sino de nuevos formatos de lucha de clase vinculadas a las
condiciones de vida y de subsistencia. Es creciente la pugna en diversas
ciudades por conseguir fijar el salario mínimo hora más allá de los 7'25
dólares actuales. Así en Seattle se ha fijado un mínimo de 15 dólares hora como
suelo de dignidad laboral. Y también en Londres se ha tomado una medida
similar.
Vamos
(re)descubriendo así en qué consiste la libertad en la era de la
postmodernidad. Podemos cambiar de canal, de color del pelo, de novio o de
novia, podemos incluso alterar o modificar nuestro cuerpo, pero no se nos
ocurra cambiar el mundo y las condiciones que lo hacen injusto y alienante. No
se trata de un comentario moralista. Es simplemente una descripción de lo que
se nos presenta como una era de la extrema subjetividad, de la autonomía sin
límites. La retórica superficial de una libertad individual que en el fondo
restringe y limita hasta anularla la misma capacidad individual de actuar. El
consumismo a la Walmart, la proliferación de los black
friday, de los días sin IVA, del día de los solteros promocionado
por la cadena china Alibaba, las constantes apelaciones a aprovechar descuentos
vía telefónica o Internet, las facilidades crecientes para comprar a crédito,
son muestras de esa concepción estrictamente mercantil y apolítica de la
autonomía individual. Nadie puede estar en contra de la ampliación de la esfera
de autonomía individual. Pero, el problema es que si limitamos ese incremento
de la libertad a la lógica de la “producción de deseos” (como dice David
Harvey), en el fondo contribuimos a la política de la distracción, a la negación
de una parte clave de la libertad de acción que es poder modificar la realidad.
Solo así podremos recuperar la parte de nuestra autonomía que se nos niega,
evitando la reducción de la misma a un individualismo posesivo y políticamente
apático. La batalla es por recuperar el significado verdadero y profundo de
democracia, de libertad, de autonomía.
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