viernes, 14 de junio de 2013

HACIA LA GUERRA CIVIL

   Después de las elecciones de Febrero de 1936 en el que la victoria de las izquierdas ( coaligadas en el llamado Frente Popular)  es clara en número de diputados ( en número de votos la diferencia es escasa) se va a formar un nuevo gobierno que retoma las reformas paralizadas durante el bienio conservador.



Igual que en 1933, el sistema de reparto de escaños favorecía las coaliciones electorales. Se observa la división ideológica en dos grupos, las dos españas.


    Las derechas no van a aceptar de buen grado su derrota. Incluso van a denunciar irregularidades en las elecciones, algo que no tiene mucho sentido si tenemos en cuenta que ellas están en ese momento en el gobierno y pueden controlar el proceso. Parte de las izquierdas, las más radicales van a ver la victoria como un paso hacia el socialismo.


Jose Antonio
   El partido fascista Falange Española no había obtenido muchos votos, era una fuerza insignificante. Pero pronto obtiene un aumento espectacular en afiliados. Muchos jóvenes del resto de los partidos de derechas se apuntan a un partido que ya ven como un fuerza de choque contra la legalidad republicana y rápidamente suma más de 20.000 afiliados. Ven en las ideas de Jose Antonio Primo de Rivera al líder indiscutible que, obviando la democracia, pretende tomar el poder por la fuerza para imponer una dictadura totalitaria. 

   Pronto sus camisas azules, paramilitares con una estética copiada del fascismo italiano de Mussolini, van a llevar a cabo acciones extremadamente violentas, de carácter terrorista, contra líderes y militantes de organizaciones de izquierda. Rápidamente, los partidos de izquierda más radical, organizan sus milicias, muchas de ellas armadas.


    Los falangistas intentan asesinar el 12 de Marzo a  Luis Jiménez de Asúa, diputado socialista y padre de la Constitución. Este sale ileso pero su guardaespaldas muere. Al día siguiente se producen graves incidentes por parte de extremistas de izquierda, con el incendio de iglesias. El gobierno de Manuel Azaña prohibirá el partido Falange Española y detiene a su líder Jose Antonio.
   Sin embargo, en la clandestinidad, continúan aumentando su violencia contra jóvenes socialistas y comunistas. Tirotean la casa de Largo Caballero y matan al capitán de ingenieros Carlos Faraudo, instructor de las milicias socialistas. El 13 de Abril cae asesinado el juez de la Audiencia Manuel Pedregal que había condenado a algunos falangistas por sus actos violentos. Eran puros actos de terrorismo que pretendían convertir España en un hervidero propicio para un Golpe de Estado que derrocara al legítimo gobierno elegido democráticamente y, lo más importante, instaurar una dictadura al estilo de la Alemania nazi de Adolf Hitler.


  
 Incidentes de mucha gravedad continuaron sucediendo. El 14 de Abril en el desfile militar conmemorativo del quinto aniversario de la República estalló un artefacto junto a la tribuna principal y varios disparos produjeron la muerte del alférez de la Guardia Civil Anastasio de los Reyes, derechista, con varios espectadores heridos.  En el entierro del alférez, el día 16, se produjo una manifestación antirrepublicana con presencia de Gil Robles y Calvo Sotelo junto a grupos de falangistas armados. Desde diversos lugares se produjeron disparos contra la comitiva que fueron repelidos. En total mueren seis personas y tres resultan heridas. Uno de los muertos era el estudiante falangista Angel Sáenz de Heredia, primo de Jose Antonio.

General Mola
   Los atentados y reyertas por parte de grupos armados de milicias de los partidos de izquierdas y de grupos falangistas se sucedieron durante aquellos agónicos meses en los que el gobierno se vió claramente impotente para cortar esa sangría. Quizás hubiera hecho falta una actuación más contundente por parte de los gabinetes del Frente Popular que hubieran podido reconducir la situación.
 Pero no nos olvidemos que el General Emilio Mola junto con otros militares estaban ya preparando de antemano un alzamiento que instauraría una dictadura militar en España. Mola era "el director" y en su plan proponía utilizar toda la violencia que hiciese falta para alcanzar los objetivos y tomar el poder. Estaba claro que las derechas no habían digerido el triunfo frentepopular y que pretendían acabar mediante un golpe de estado con la legalidad republicana. Entre abril y julio los atentados y las reyertas protagonizadas por falangistas causaron más de cincuenta víctimas entre las organizaciones de izquierda obrera, la mayoría de ellas en Madrid. Unos cuarenta miembros de Falange murieron en esos actos o en atentados de represalia de las organizaciones de izquierda. 

    Estas milicias de izquierdas atentarán tanto contra empresarios como militantes de partidos de derechas. Así, el 24 de Marzo en Oviedo, caerá asesinado el diputado y exministro conservador Alfredo Martínez  También serán atacodos periódicos derechistas, como el diario madrileño  La Nación. La furia se extendió también contra la iglesia, siendo incendiados muchos establecimientos religiosos.



  Los últimos estudios sobre las víctimas mortales en esta lucha política entre febrero y Julio de 1936 habla de 262 muertos, 112 a manos de las fuerzas de orden público. 148 serían militantes de izquierda,  50 de derecha, 19 de los cuerpos de seguridad y el resto sin identificar. Curiosamente parece ser que la violencia se apaciguó bastante entre Junio y Julio, con un número mucho menor de víctimas mortales.

     La tensión que se estaba viviendo en las calles produjo la percepción, sobre todo entre la opinión pública más conservador, de que el gobierno del Frente Popular era impotente para detener el desorden, incapaz de mantener el orden público. Ello fue utilizado como excusa para legitimar con posterioridad el Golpe de Estado militar del 17-18 de Julio. La prensa conservadora también  contribuyó a esa estrategia de la tensión,   incitando  a la rebelión frente al desorden que atribuía directamente al gobierno progresista. Este era calificado como "enemigo de Dios y la Iglesia" o incluso como un gobierno "tiránico".



CONSPIRACIÓN MILITAR: EL GOLPE DE ESTADO 


   Como comentábamos antes, nada más conocerse el triunfo electoral de las izquierdas, un amplio grupo de militares y civiles derechistas, algunos más escorados hacia el fascismo que otros, comenzaron a elaborar un plan para, lo más pronto posible, tomar el poder por la fuerza. Esta conspiración estará dirigida por un grupo de altos mandos del ejército, encabezados por el general Emilio Mola Vidal, que era conocido como el "director".  Nada más constituirse el nuevo gabinete de Manuel Azaña, algunos medios ultraderechistas, como El pensamiento Alavés, carlista, decía que:



 “que no sería en el Parlamento donde se libraría la última batalla, sino en el terreno de la lucha armada”

y esa lucha partiría de:

 “una nueva Covadonga que frente a la revolución sirviera de refugio a los que huyeran de aquélla y emprendiera la Reconquista de España”



   Están presente aquí ya, desde el primer momento, las consignas típicas de la extrema derecha católica y tradicionalista: hay que reconquistar España para la religión católica librándola de un gobierno ateo y antiespañol. Estas mismas ideas serán repetidas y machacadas durante décadas por el régimen franquista. El 8 de Marzo  se reunen en Madrid de los generales Mola, Orgaz, Villegas, Fanjul, Franco, Saliquet y el coronel Valera y el teniente coronel Valentín Galarza en representación de la UME, Unión Militar Española, facción ultraconservadora del ejército. Se acuerda protagonizar cuanto antes un"alzamiento militar" que tumbara al gobierno legítimo para restablecer

 "el orden en el interior y el prestigio internacional de España".



   Se acuerda que el gobierno de la nación lo detentaría un Junta Militar presidida por el general Sanjurjo, que regresaría de su exilio en Portugal.  Se fija la fecha para el golpe de Estado en el 20 de Abril pero el gobierno se entera y detiene a Orgaz y Valera, enviados a Canarias y Cádiz bajo arresto. La fecha se debía de posponer. El gobierno estaba al acecho de los movimientos antirepublicanos y tomó la decisión de dispersar a los generales sospechosos. Goded será enviado a Baleares, Franco a Canarias y Mola a Pamplona.  Pero ello no será óbice para que, en sus nuevos destinos, continúen con la conspiración, solo que en este caso debería retrasarse unos meses más.



   A partir de abril Mola toma la dirección de la trama golpista.  Desde Pamplona hizo distribuir mensajes, "instrucciones reservadas", donde perfilaba los planes para la toma violenta del poder.
Se tendrá en cuenta que la acción ha de ser en extremo violenta para reducir lo antes posible al enemigo, que es fuerte y bien organizado. Desde luego serán encarcelados todos los directivos de los partidos políticos, sociedades y sindicatos no afectos al Movimiento, aplicándose castigos ejemplares a dichos individuos para estrangular los movimientos de rebeldía o huelgas

Miguel Cabanellas
    Otros generales republicanos también se unieron a la conspiración. Es el caso de Gonzalo Queipo de LlanoMiguel Cabanellas. Mola consiguió comprometer en el golpe a numerosas guarniciones, gracias también a la trama clandestina de la UME dirigida por el coronel Valentín Galarza (cuyo nombre clave era “El Técnico”), pero Mola no contaba con todas ellas, y especialmente tenía dudas sobre el triunfo del golpe en el lugar fundamental, Madrid, y también sobre Cataluña, Andalucía y Valencia.



   Uno de los mayores problemas para los conspiradores era que  no contaban con la totalidad del Ejército (ni de la Guardia Civil ni las otras fuerzas de seguridad) para respaldarlo.  Las organizaciones obreras y campesinas no permanecerían pasivas ante el golpe militar, como en 1923, sino que como habían anunciado desencadenarían una revolución. Por estas razones se fue  gretrasando una y otra vez la fecha del golpe militar, y por eso, además, el general Mola, "el Director", buscó el apoyo de las milicias de los partidos antirepublicanos (requetés y falangistas) y el respaldo financiero de los partidos de la derecha. 


  
-LA PASIVIDAD DEL GOBIERNO


  Al gobierno de Casares Quiroga le llegaron por diversas fuentes noticias de lo que se estaba tramando pero no actuó con contundencia contra los conspiradores porque, según el historiador Julio Aróstegui :


"Azaña y muchos elementos de su partido, y el propio Casares Quiroga, jefe del gobierno, no creyeron que después de haber neutralizado con facilidad el golpe de Sanjurjo en 1932 en el ejército hubiera capacidad para preparar una acción seria, estimando además que tenían controlados a los posibles cabecillas y que en el caso de que esa rebelión se produjese sería fácil abortarla"

 
Santiago Casares Quiroga
  A principios de julio de 1936 la preparación del golpe militar estaba casi terminada, aunque el general Mola reconocía que "el entusiasmo por la causa no ha llegado todavía al grado de exaltación necesario" y acusaba a los carlistas de seguir poniendo dificultades al continuar pidiendo "concesiones inadmisibles".  La intención de Mola era un levantamiento coordinado de todas las guarniciones comprometidas que, partiendo del ejército de África, implantarían el estado de guerra.

  El  general Franco, con una hipocresía brutal, digna del personaje histórico que fue, de un verdadero traidor a su patria, envía una carta al presidente del gobierno para tranquilizarlo, asegurando que las sospechas del gobierno de que había un golpe militar a punto de estallar eran falsas. Señalaba "paca la culona" que:


"faltan a la verdad quienes le presentan al Ejército como desafecto a la República; le engañan quienes simulan complots a la medida de sus turbias pasiones"




El Dragon Rapide, transporte de Franco, financiación monárquica
   Pero lo cierto es que Franco, después de sublevar las islas Canarias se dirigiría desde allí al Protectorado de Marruecos a bordo del avión Dragon Rapide, fletado en Londres el 6 de julio por el corresponsal del diario ABC Luis Bolín gracias al dinero aportado por Juan March, para ponerse al frente de las tropas coloniales, cruzar el estrecho de Gibraltar y avanzara sobre Madrid, desde el sur y desde el oeste. 



José Calvo Sotelo
   En la tarde del domingo 12 de julio era asesinado en una calle céntrica de Madrid por pistoleros de extrema derecha (al parecer de la Comunión Tradicionalista) el teniente de la Guardia de Asalto, José del Castillo, un militar instructor de las milicias socialistas. Como represalia, sus compañeros policías, dirigidos por un capitán de la Guardia Civil, Fernando Cortés, secuestraron en su propio domicilio y asesinaron en la madrugada del día siguiente a José Calvo Sotelo, el líder de los monárquicos "alfonsinos" (que no tuvo nada que ver con el asesinato del teniente Castillo), y abandonaron el cadáver en el depósito del cementerio de la Almudena. En el entierro de Calvo Sotelo el dirigente monárquico Antonio Goicoechea juró solemnemente:

El dirigente de Renovación Española Antonio Goicoechea, adherido después al golpe de Estado, negociador de Franco ante Mussolini



 “consagrar nuestra vida a esta triple labor: imitar tu ejemplo, vengar tu muerte y salvar a España”.


Por su parte el líder de la CEDA, José María Gil Robles en las Cortes les dijo a los diputados de la izquierda que



                “la sangre del señor Calvo Sotelo está sobre vosotros”

 y acusó al gobierno de tener la: 

                  “responsabilidad moral” del crimen por “patrocinar la violencia”.


   El asesinato de Calvo Sotelo aceleró el compromiso con la sublevación de los carlistas y también de la CEDA, y acabó de convencer a los militares que tenían dudas. Además, Mola decidió aprovechar la conmoción que había causado en el país el doble crimen, y el día 14 adelantó la fecha de la sublevación que quedó fijada para los días 17 y 18 de julio de 1936. Lo que quizás no sabía con seguridad es que ese Golpe criminal contra la legalidad republicana provocaría un estallido revolucionario en buena parte de la España republicana y que el país se dividiría en dos territorios o facciones que provocarían el inicio de la Guerra Civil.


Fuentes: 
-Elaboración propia
-Wikipedia.es
-www.sbhac.net/Republica/Introduccion/Conspira/Falangistas.htm

2 comentarios:

Cayetano dijo...

Y Franco sin decidirse a dar el paso definitivo. No sin razón se hizo merecedor del calificativo por parte de sus colegas de "Miss islas Canarias 1936". Luego, gracias a la fortuna o a quién sabe qué, se hizo dueño de la situación cuando Mola, Sanjurjo, Goded y José Antonio salieron con los pies por delante de la escena.
Un saludo.

Luis Pueyo dijo...

Si, es algo así como la Baraka que decían los moros que lo rodeaban. Un suertudo para nuestra desgracia, por cierto. Todos morían. Me resulta más llamativa la muerte de Jose Antonio porque parece que hubiera sido posible un canje y Franco hizo mutis por el foro. Un rival bastante difícil de controlar. Hedilla no era Jose Antonio. No me imagino a Franco encarcelando al hijo del dictador.