Acabo
de enterarme de la demolición a traición del último de los tinglados
decimonónicos de la estación de Madrid. En pleno celebrado meses atrás
el equipo de gobierno del ayuntamiento de Alicante aseguró, juró y
perjuró que ese edificio sería salvo de la piqueta del AVE. Ilusos los
que creímos una más de sus mentiras. Una ciudad que no respeta su
patrimonio arquitectónico, por muy reciente que este sea, es una ciudad
que no merece mi respeto. Por encima de todo, mi desprecio a los
políticos, esa señora imputada por delincuente que se encuentra en el
sillón de la alcaldía, la más votada en la historia democrática de la
ciudad, esa señora gallega de origen que ha demostrado una vez más que
no quiere a su ciudad, que no quiere a su pueblo, ese pueblo que le ha
dado todo, hasta llegar a lo más alto a lo que podía aspirar una
socióloga que no ha ejercido nunca más allá de las faldas y siglas de un
partido político.
El responsable de la demolición de la histórica edificación es ADIF.
Son así de cobardes, así de mentirosos, necesitan unas siglas donde
esconder su trapacería e incompetencia. Detrás de esas siglas
ferroviarias se esconde un negocio ruinososo para todos los alicantinos y
para el resto de españoles. El AVE como excusa para derruir lo poco de
valor que quedaba aquí. Estamos ante la estación ferroviaria más antigua
de España. Pero eso les da igual, todo les da igual. Dentro de unos
meses llegará a la ciudad un tren-bala que enlazará la ciudad con Madrid
en apenas dos horas y media. Para ello ha hecho falta una inversión
brutal que jamás se recuperará. Un tren para ricos, para ejecutivos
agresivos, no para la gente.
El proyecto de la estación hemos de concluir que terminará con su
completa demolición y la pérdida para los alicantinos de un emblema
histórico, de mediados del siglo XIX. Algo que en otras ciudades sería
imposible ( imaginemos, por ejemplo, Valencia, con su majestuosa
estación modernista) será posible en esta ciudad que nunca se ha
respetado a sí misma, donde se han concedido licencias de obra para
hacer edificios extravagantes en pleno casco antiguo, que por otro lado
tampoco se conserva por las autoridades públicas. Ahí tenemos el palacio
Marbeuf, medio derruído, palacetes tras San Nicolás en total abandono y aberraciones por venir en la histórica calle Labradores, con la excusa de ampliar un centro cultural. Vergüenza de sentirme alicantino, vergüenza de Alicante y vergüenza de Castedo y compañía.
referencias a consultar:
4 comentarios:
La avalancha de "modernez", cutrerío, depredación e ignorancia, tan de moda hoy por nuestras tierras, nos conducen a destrozar nuestro pasado y nuestro patrimonio cultural. Estamos en manos de incultas aves carroñeras.
Un saludo y feliz 2013.
Sí es una vergüenza, estoy contigo, por eso es tan importante la gente como tú, consciente de defender con firmeza la poquita dignidad histórica que le queda a nuestra "Comunitat" y denunciar sin titubeos los daños irrevocables que le provocan aquellos que presumen de representar nuestra voluntad y se limitan a obviar nuestra opinión. Siéntete orgulloso.
Muchas gracias, no sabes las barbaridades que me comentan en facebook por poner esto. Que si no valía nada, que no hay que parar al progreso, etc. Si eso es progreso, yo me bajo en la próxima.
Muchas gracias, no sabes las barbaridades que me comentan en facebook por poner esto. Que si no valía nada, que no hay que parar al progreso, etc. Si eso es progreso, yo me bajo en la próxima.
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