miércoles, 4 de febrero de 2009

EL LIBERALISMO POLÍTICO

El liberalismo es un movimiento de amplia proyección (económica, política y filosófica) que defendía (hoy lo sigue haciendo) como idea esencial el desarrollo de la libertad personal individual como forma de conseguir el progreso de la sociedad. Una parte de sus ideólogos propugnaron la aplicación de esos principios de forma gradual, en tanto que otros más radicales utilizaron la vía revolucionaria para impulsarlos. En cualquier caso la clase social que dio aliento al liberalismo fue la burguesía. El liberalismo se desarrolló paralelamente a otro gran fenómeno del siglo XIX: la Revolución Industrial.

Sus rasgos estrictamente políticos son:

  • La defensa de las libertades y los derechos individuales de pensamiento, conciencia y asociación.
  • La igualdad jurídica de todos los ciudadanos ante la ley.
  • La soberanía nacional por la cual el poder reside en el pueblo y no en el monarca, tal y como el legitimismo de la Restauración sostenía.
  • La división de poderes teorizada por Montesquieu.
  • El control de la gestión publica a través de la publicidad y la libertad de prensa y opinión.
  • La ordenación del régimen político mediante una Ley Fundamental o Constitución que estuviese por encima del rey y encarnase la soberanía nacional.

El liberalismo significó

  • Un profundo cambio social que garantizó el poder de la burguesía y la instauración de un orden clasista basado en la riqueza y no en los privilegios. Ese dominio se sustentó inicialmente en el ejercicio del sufragio censitario, pero éste quedó superado a raíz de las revoluciones de 1848 y fue sustituido por otro más amplio, de carácter universal.
  • La plasmación práctica de esta ideología se consiguió tras las sucesivas oleadas revolucionarias que jalonaron la primera mitad del siglo XIX: 1820, 1830 y 1848.

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