martes, 7 de abril de 2015

El reinado de Fernando VII. Reacción y represión.

  Tras el Tratado de Valençay en 1813, Fernando VII se preparó para regresar a un país donde gobernaban unos  principios políticos completamente contrarios a sus convicciones absolutistas. Entra  en España el 22 de marzo de 1814,  y es recibido por continuas aclamaciones populares. El 12 de abril un grupo dediputados a Cortes, de la facción absolutista, le presentaron el conocido como Manifiesto de los Persas en el que le reclamaban la vuelta al absolutismo.


   
 Finalmente, Fernando VII terminó por decidirse y el 4 de mayo de 1814 emite en Valencia un decreto por el que disolvía las Cortes, abolía la Constitución de 1812 y toda la labor legislativa de las Cortes de Cádizrestablecía el absolutismo.   

El Sexenio Absolutista (1814-1820)


Logia Masónica
     El decreto de 4 de mayo  inició un triste periodo caracterizado por la sistemática anulación de las reformas de las Cortes gaditanas y la vuelta al antiguo régimen y al absolutismo. El Rey se negó a hacer ninguna reforma económica para mejorar la desastrosa economía del país, destruido tras la guerra.  La labor del gobierno de Fernando VII se centró en la represión de los enemigos de la restaurada monarquía absoluta. Más de doce mil “afrancesados” tuvieron que exiliarse del país y se inició una dura persecución contra los liberales. 


Muchos militares, entre ellos antiguos héroes de la guerra de la Independencia, optaron por las posturas liberales y para hacer frente a la represión se integraron en sociedades secretas de ideología liberal como la masonería.  Estos militares protagonizaron diversas intentonas de golpe militar o  pronunciamiento:  Espoz y Mina en 1814, Díaz Porlier en 1815, Lacy en 1817… Todos los intentos de golpe fueron duramente reprimidos. 

El Trienio Liberal (1820-1823)

      Finalmente, un pronunciamiento liberalterminó por triunfar. Poniéndose al frente de un ejército que en Cabezas de San Juan (Cádiz) estaba acantonado para marchar hacia América  a luchar contra los rebeldes independientes, el teniente coronel Riego se puso al frente de este contingente y proclamó la Constitución de 1812. Tras diferentes avatares la insurrección se generalizó.  El 9 de marzo de 1820, Fernando VII, atemorizado, juró la Constitución de 1812.
  
   Por primera vez, se aplicaba la Constitución de 1812 en una situación de paz y con el monarca en el país. Fernando VII, convencido absolutista, trató de obstruir desde un principio la labor de los gobiernos liberales y el normal funcionamiento constitucional.

la escisión de los liberales y la vuelta al absolutismo.

    Por un lado, los “doceañistas” pretenderán modificar la Constitución buscando una transacción con el Rey. Para ello, defendieron la concesión de más poder al monarca y la creación de una segunda cámara reservada a las clases más altas. Tras 1833, los "doceañistas" se convertirán en los moderados.




    Por otro lado, los “veinteañistas” pedían simplemente la aplicación estricta de la Constitución de 1812. Conocidos también como los exaltados, serán denominados progresistas tras 1833. La división de los liberales introdujo una gran inestabilidad política durante el Trienio.




      Los liberales en el poder durante el Trienio van a aplicar una política claramente anticlerical: expulsión de los jesuítas, abolición del diezmo, supresión de la Inquisición, desamortización de los bienes de las órdenes religiosas... 

  
     Las grandes potencias absolutistas, vencedoras de Napoleón, se van a reunir en 1822 el congreso de Verona y van a acordar la intervención en España. El 7 de abril de 1823 un ejército francés, conocido como los Cien Mil Hijos de San Luis”, entró y, sin encontrar resistencia popularconquistó fácilmente el país y  repuso como monarca absolutista a Fernando VII.


     Terminaba así la primera experiencia real de gobierno liberal y democrático en la Historia de España. Muchos años pasarían para que, trás décadas de persecución, los demócratas consiguieran retornar al poder.    Se iniciaba la Década Absolutista, acompañada de una cruel y despiadada represión y el exilio, siempre el exilio, de los que lucharon por la libertad volvió a ser moneda común en nuestro país. Riego fue ajusticiado, como símbolo del nuevo destino del país.      

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