lunes, 23 de julio de 2012

España: Dos Bancarrotas por siglo

   De que la Historia es cíclica no cabe ninguna duda. Y que de la Historia se debería de aprender para no cometer los errores pasados también. Vemos en estos días como España está al borde del desastre económicio: una quiebra.  
   En 2º de ESO se aborda el tema de los Reyes Católicos y la creación del Estado Moderno en España. Estudiamos también la etapa de gobierno de Carlos I y su hijo Felipe II. Y nos viene al pelo las noticias con las que diariamente nos desayunamos para hablar de los problemas financieros que se empezaron a gestar en esta etapa. Y es que gastar más de lo que se ingresa y acudir a préstamos (deuda) acaba generando problemas económicos.

    Pero vayamos a la historia:  la política imperial de Carlos I ( el emperador Carlos V de Alemania) supuso un coste exagerado para las arcas hispanas, más en concreto para el Reino de Castilla, que era el que aportaba la mayoría de los recursos a la corona en esta época. La mayoría de la plata y oro que venían de Indias ( El imperio americano) comenzó a circular por europa ya que Carlos tenía que pagar las deudas enormes que tenía con los banqueros alemanes, sobre todo una familia: los fugger o fúcar (  cuántos paralelismos con la actualidad, ¿ verdad?). De hecho su propia elección como emperador requirió del soborno y compra de los electores por parte de Maximiliano, su abuelo, para lograr su futura elección. 
     Más adelante las guerras que Carlos emprendió en europa, muchas con motivo de la reforma protestante, también supusieron un fuerte desembolso, ya que los ejércitos en época moderna estaban compuestos por mercenarios y soldados que luchaban por un sueldo ( de soldado, sueldo), mezclándose en un ejército soldados de diversas nacionalidades ( que paralelismos tiene la historia).
    Pues bien, cuando llegó la hora de tomar las riendas de la monarquía hispánica, Felipe II, hijo del emperador Carlos, se encontró con unos vencimientos de dedua descomunales que los ingresos corrientes no podían cubrir. Así llegamos a las primeras bancarrotas de la monarquía. Desde entonces se han  venido repitiendo y la hacienda española siempre ha sufrido de dificultades para poder recuadar lo necesario para pagar las deudas contraídas. Es el eterno problema de la deuda del Reino ( por ahora) de España.

   Aquí os dejo un artículo interesante y que enlaza la actualidad con el pasado y es que de la historia se debería de aprender, pero también los políticos y el pueblo la olvida muy rápido y por eso aparecen los mismos errores contínuamente. ( De la web invertia.com):

Dos quiebras por Siglo: Historia de las bancarrotas en el Reino de España

¿Puede España entrar en bancarrota? Quizás. De hecho tiene el honor de ser el primer país de la Historia en arruinarse. La última vez que suspendió pagos fue el siglo pasado tras la Guerra Civil y desde finales del siglo XVI no ha podido hacer frente a sus deudas en más de una decena de veces. Felipe II fue el primero en presentar un `concurso de acreedores´ y los últimos volúmenes de deuda y el fuerte desempleo han vuelto a despertar los fantasmas de la quiebra.Lista de todas las bancarrotas de España

Carlos I de España por Tiziano Carlos I de España por Tiziano
    Las finanzas españolas siempre se han movido en el terreno de las bancarrotas. La falta de emprendedores ha hecho que la mayor parte de las infraestructuras siempre haya ido al cargo de la Hacienda Pública. Gastos que no siempre se han visto compensados por la parte de los ingresos y que han llevado a una media de casi una quiebra cada 50 años, aunque se han vivido periodos muy tranquilos.
    Primero fue el alto coste de las empresas bélicas hispanas, desde Filipinas hasta las Indias. Más tarde, la Guerra de Independencia y la pérdida de las colonias –las gallinas de los huevos de oro y plata-. Luego, las luchas entre conservadores como Cánovas del Castillo y progresistas como Sagasta fueron las que no permitieron el equilibrio de las finanzas. Finalmente, fue la Guerra Civil la que llevó de nuevo la suspensión de pagos a la economía española.
El concepto de deuda, tal y como se entiende hoy en día, lo crea Carlos I de España y V de Alemania. A la muerte de su abuelo Maximiliano I, en 1519, compite con el rey de Francia, Francisco I, por ser elegido Rey de los Romanos. El prestamista de su abuelo, Jakob Fugger (Jacobo Fúcar como se le conocía en España), se compromete a sufragar su elección entre los príncipes germanos con tal de cobrar las deudas pendientes de su abuelo y las nuevas que asumía el joven rey.
Una lucha que termina con Carlos como Emperador del Sacro Imperio Romano pero con una fuerte deuda con Fugger. A su muerte, el banquero amasaba una fortuna de 2,1 millones de florines, unos 125 millones de euros en la actualidad –una cantidad considerable para la época-.
El Emperador tuvo que firmar unos “Asientos” –obligaciones de hoy en día- a Fugger en los que se estipulaba el dinero a devolver y los intereses. Además, se utilizaban las minas de oro, plata y sal y los impuestos que se cobraban en Castilla como avales en caso de no pagarse la deuda. Comenzaba así la historia de la Deuda soberana.
    Una deuda que fue creciendo al ritmo que crecía el Imperio Español. Se necesitaba dinero para batallas, para apaciguar revueltas y para seguir conquistando Las Indias. Préstamos que estaban asegurados por el poderío español y que habrían tenido calificación triple A de existir las agencias de calificación. Nadie dudaba del Imperio Español.
Los problemas llegaron con el ascenso al trono del hijo de Carlos I, Felipe II. Mantener un Imperio en el que “nunca se pone el Sol” no es barato. La Corona seguía endeudándose para mantener sus conquistas de ultramar. Finalmente, Felipe II al poco tiempo de comenzar a reinar se vio obligado a declarar la “suspensión de pagos de los asientos”: la primera quiebra de un Estado.
    Una ruina que vino provocada por la construcción de un estado y por la hiperinflación. Felipe II articuló un estado cada vez más centralizado que costaba dinero, para ello desarrolló impuestos y una Hacienda. Tasas que no se cobraban ni al clero ni a los nobles, lo que hizo estallar la caja del dinero. Pero además, las cuentas públicas se vieron muy perjudicadas por la fuerte inflación que castigó al grano y a las tierras debido a las ingentes cantidades de oro que llegaban de América. Similar a los problemas que puede provocar darle a la máquina del dinero en la actualidad.
     Con ese panorama, Felipe II sólo pudo suspender los pagos y comenzar a reestructurar su deuda. El monarca acordó con algunos prestamistas devolver sólo los intereses y olvidar el principal, con otros alargó el plazo de devolución del préstamo. Condiciones que los banqueros tuvieron que aceptar si querían recuperar algo del dinero prestado y que terminó con los Fugger arruinados, ya que Felipe II llegó a suspender los asientos –bancarrota-hasta tres veces.
      Esa dinámica de préstamos e impagos recorrió los siglos XVII y XVIII. En cinco ocasiones, a lo largo de los dos siglos, se suspendieron los asientos o se renegoció la deuda –reestructuración que algunos expertos no descartan que tenga que hacer Grecia, aunque en la actualidad el plan de estabilidad del euro ha ahuyentado esos fantasmas-. Las continuas bancarrotas de España habrían convertido su deuda en bono basura si Moody´s o Fitch la hubieran calificado.
     Hizo falta que llegara un francés, Philippe de Bourbon para poner orden a las finanzas españolas. Tras la Guerra de Sucesión, reinó como Felipe V desde 1700 hasta 1746 y articuló un estado moderno con funcionarios. A la vez retomó el comercio con América y elaboró una Hacienda con impuestos para financiar el nuevo estado.
      Fernando VI siguió la estela de su padre y hasta Carlos III no se ve una innovación: el Banco de San Carlos. Una entidad encargada de convertir los vales reales y de descontar los efectos al 4%, contratar los suministros militares y pagar la deuda exterior. En un principio se pretendió que el capital privado entrara en el banco, pero los inversores no vieron negocio. La entidad cargada de deudas sobrevivió hasta 1829 cuando fue absorbida por el Banco de San Fernando.
     El siguiente problema con la deuda española vino a finales del siglo XVIII. La decisión de Carlos IV de ir a la guerra contra Francia por haber cortado la cabeza a Luis XVI y a María Antonieta supuso la ruina de las finanzas patrias. La emisión desmesurada de vales reales terminó por llevar a la suspensión de pago de los intereses.
    Los problemas franceses terminaron en la Guerra de Independencia que supuso una merma considerable del arca pública. Un gasto que ya no veía venir oro desde el otro lado del Atlántico, ya que cada vez eran más los territorios de ultramar que proclamaban su independencia. Un déficit crónico al que tuvo que enfrentarse Fernando VII durante todo su reinado y que fue punto de partida del siglo más difícil para las finanzas españolas: el XIX.
El s.XIX y la falta de una revolución industrial
El siglo XIX dejó patente la falta de iniciativa empresarial que terminó por dejar yermas las arcas del Estado. En un país con continuos golpes de Estado, pronunciamientos militares y demás peleas (absolutistas contra liberales, isabelinos contra republicanos,…), se hacía necesaria una revolución industrial que no se produjo y que sufragó el Estado.
El ferrocarril dinamitó las finanzas españolas y obligó a Isabel II a hacer más atractiva la deuda subiendo su rentabilidad, ya que los banqueros desconfiaban de los españoles. Un déficit que terminó en convertirse en impagos a las empresas que habían construido el ferrocarril y a los bancos que lo habían financiado. Una situación que provocó una quiebra en cadena que terminó con casi la mitad de las entidades financieras que había en el país. Tal fue el descontento de la sociedad que la Primera República se recibió con júbilo.
La primera parte del siglo XX fue tranquila hasta la llegada de la Guerra Civil. Ésa fue la última vez, hasta el momento, que España entró en default. Una deuda que se quedaron sin cobrar los prestamistas del bando perdedor, el Gobierno Republicano, ya que el general Franco sí reconoció su deuda. Según estimaciones, el Generalísimo debía 14.000 millones de pesetas al terminar la Guerra Civil. Los programas de Posguerra y la tecnocratización de la Dictadura terminaron poco a poco con los déficits. La posterior apertura al turismo terminó por llevar el superávit y las divisas extranjeras a las cuentas de España .
   Sólo Grecia y sus problemas con la deuda han hecho despertar los fantasmas de la quiebra en España. Temores que parecían alejarse tras el plan de defensa del euro y el recorte del gasto propuesto por el presidente de Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. Pero si alguien tiene algo que decir en esto de la deuda es España, el primer país en crear bonos y el primero en entrar en bancarrota.

Monarca
Año
Felipe II
1557
Suspensión de asientos
Las diversas empresas bélicas hacen quebrar las cuentas
1575
Suspensión de asientos
1597
Suspensión de asientos
Felipe III
1607
Renegociación asientos
Felipe IV
1647
Suspensión de asientos
Sólo Castilla colaboraba económicamente, el resto de reinos se mostraron reticentes a colaborar
1652
Suspensión de asientos
1662
Suspensión de asientos
Carlos II
1666
Suspensión de asientos
Carlos IV
1799
No se pagan los intereses
Fernando VII
1914-1820
Déficit
España viene de la Guerra de Independencia y durante la Restauración absolutista se hace difícil mantener el equilibrio presupuestario
Isabel II
1866
Quiebra de la deuda
El coste de la construcción del tren lleva a una serie de impagos que se contagian y llevan a la quiebra del sistema financiero
Guerra Civil
1939
Impago deuda republicana
El General Franco reconoce la deuda de los nacionales, pero la deuda del bando republicano no la reconoce nadie por lo que los acreedores no reciben el dinero prestado

2 comentarios:

Arantxa dijo...

Es una fantástica síntesis de la economía española desde la Edad Moderna, pero ¿qué hay de la gestión democrática post-franquista o desde nuestra inmersión en la CEE? ¿Es que ningún mandatario ha sido capaz de rehacer errores del pasado? Sólo ocultan los números y agravan las cosas.

Luis Pueyo dijo...

Bueno ese es otro tema. Parece que en el periodo de transición hemos estado a punto de suspender pagos varias veces pero en el artículo no lo cita. De hecho por eso se tuvieron que hacer los "Pactos de la Moncloa" que es una especie de intervención para salvar el país, a punto de la quiebra. Todos los partidos,sindicatos y organizaciones los firmaron y es que la crisis mundial del petróleo nos afectó (como no)muchísimo ( 10 años de crisis 75-85). Yo creo que esa ha sido la tónica desde entonces, todos a cubrirse las espaldas con el aval monárquico, es todo un enjuague y creo que la transicíon no se hizo tan bien como nos vendieron. Ahora salen todos los males de este sistema de m....