lunes, 16 de enero de 2012

VÍDEOS SOBRE LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA. REGRESO DE FERNANDO VII.

Aquí os dejo algunos vídeos- documentales sobre la Guerra de la Independencia (  1808-1814 ) ,las Cortes de Cádiz, el regreso de Fernando VII ( Sexenio Absolutista) y el Trienio Liberal.











LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA EN ALICANTE

Aquí os dejo este excelente artículo del blog Alicante Vivo. Leedlo, es muy interesante para entender lo que pasó en España y en Alicante durante la Guerra de la Independencia y Las Cortes de Cádiz:
http://www.alicantevivo.org/2012/01/la-guerra-de-la-independencia-200-anos.html?utm_source=feedburner&utm_medium=feed&utm_campaign=Feed%3A+AlicanteVivo+%28Alicante+Vivo%29

Reproduzco aquí el contenido del artículo:


     En este recién inaugurado 2012, conmemoramos una de las fechas más trascendentes en la historia de nuestro país: el bicentenario de la primera gran Constitución Española; la “Pepa”. La importancia de aquella inicial Carta Magna, amparada por las Cortes de Cádiz, quedaría marcada tanto por el soplo de unos iniciales aires de libertad destinados a reformar y modernizar la sociedad española a través de una monarquía liberal y parlamentaria, como por conseguir llevarlo a cabo en plena Guerra contra un ejército invasor.


En Alicante, este aniversario y, en especial, la fecha 16 de Enero de 1812, adquiriría un papel aún más destacado. Cierto es que todo acabaría con la huída de la capital de las tropas del General Montbrun, pero sus visibles huellas nos adoctrinarían siempre de nuestro pasado, forjado con el sudor, el trabajo, los miedos y las esperanzas de todos los ciudadanos de esta tierra.

Durante la Guerra de la Independencia, la práctica totalidad de las grandes ciudades de España sucumbieron tarde o temprano ante los franceses. Alicante, sin embargo, se mantuvo libre toda la contienda, destacándose como el mayor núcleo de resistencia del Reino de Valencia. Cierto es que nuestro puerto resultaría clave para el desembarco de las fuerzas aliadas y la victoria final, Justificar a ambos ladoscomo clave sería también nuestra conversión en Capital del Reino cuando Valencia cayó pasto de los bombardeos enemigos.

Cuando hacemos un recorrido por aquellos años, descubrimos una ciudad afanada con grandes esfuerzos y no menos sacrificios en proteger su libertad: desde las autoridades locales hasta los propios ciudadanos, estos últimos en mayor y más dramática medida. Todos juntos, unidos por la Independencia pero oprimidos por severos problemas sociales, idearon un futuro que se vislumbraba entonces oscuro ante una invasión foránea que al final, aunque furtiva, acabaría produciéndose. Y todo ello, en aras de un bien común destinado a preservar nuestra propia identidad cultural e histórica.

El miedo nos hizo reforzar nuestras defensas y murallas; los problemas económicos nos obligaron a sufragar de nuestros propios bolsillos, el de familias pobres o ricas, desesperadas o acomodadas, fortificaciones de las que el Castillo de San Fernando es su buque insignia y su legado más palpable; y nuestras ansias de libertad sirvieron de estímulo para trabajar unidos, hombro con hombro, y hombre con hombre.


Castillo de San Fernando

Hoy hace doscientos años que las puertas de nuestra ciudad intentarían ser derrumbadas sin éxito por aquellos que deseaban para sí la conquista de Alicante. Se nos exigió una rendición que el pueblo se negó a dar y se nos asedió durante horas con un bombardeo que golpeó, en gran medida, en este mismo lugar, bastión construido ex profeso por unos desesperados habitantes para salvaguardar su existencia.

Vivimos en una sociedad global, un crisol de culturas cuyas fronteras se difuminan y casi borran. Aún así, el sentimiento de cohesión debe perdurar, pues nos agrupa en sociedad a través de la cultura, el idioma, las ideas.... y, en especial, la tierra. Sea cual sea nuestro concepto de nación, debemos conservar nuestro pasado y recuperar la memoria de aquellos héroes anónimos que dieron sus vidas por defender la libertad. Soldados, campesinos, herreros.... personas que construyeron castillos para proteger lo único que consideraban propio.


Monumento a los Héroes Alicantinos de la
Independencia antes de su restauración

No hay mejor lugar para recordar y homenajear aquellos años y aquella primera gran Constitución Española que el memorial levantado a la entrada del baluarte de San Fernando, originalmente ubicado en el desaparecido Cementerio de San Blas.
“A los héroes alicantinos
de la Independencia”
La frase, grabada a fuego sobre su resistente roca, expone a las generaciones futuras unos ejemplos personales y colectivos de valor, defensa y lucha. Hoy puede ser un buen día para subir a visitar el monumento y recordar a todos aquellos alicantinos que fueron héroes a su pesar.

domingo, 1 de enero de 2012

Textos de historia de España en el siglo XIX





Texto1. El impacto de la Revolución francesa

   Prohíbo la introducción y curso en estos mis Reinos y Señoríos de qualesquiera papeles sediciosos contrarios a la fidelidad y a la tranquilidad pública, y en su consecuencia mando que qualquiera persona que tuviere, o a cuyas manos llegare, carta o papel impreso o manuscrito de esta especie, los presente a la respectiva Justicia, diciendo y nombrando el sujeto que se le haya entregado o dirigido, si lo supiere o conociere; pena de que no haciéndolo así, y justificándose tener, comunicar o expender tales cartas o papeles, será, el que se verificare cometer estos excesos, procesado y castigado por el crimen de infidencia; debiendo las Justicias remitir al mi Consejo los papeles que se les presentaren, denunciaren o aprehendieren; procediendo con la actividad y vigilancia que requiere su gravedad, y en que tanto  interesa el bien y el sosiego de mis amados vasallos;

Orden de Carlos IV.

Texto 2. Opiniones sobre la Guerra de Independencia

      A mis ojos, la Guerra de la Independencia marca el momento de la Historia en que mejor se afirma la unidad española, la unidad nacional. Todavía a principios del siglo XVIII, durante la Guerra de Sucesión, la rebelión dejos países catalanes había mostrado la debilidad de esta unidad. Pero la prosperidad del siglo XVIII y la asociación sistemática de las elites periféricas con esta prosperidad y con las decisiones mismas del centro, en el seno de un sistema colonial mejor defendid o y mejor explotado, parecían señalar a España, en 1780, como uno de los países mejor encarrilado  por la vía del capitalismo naciente y de la unidad de las naciones en vías de aburguesamiento. A decir verdad,un número excesivo de viejas estructuras, en el centro y en el sur de España -y en su cima- se
resistían a este proceso. Pero los grandes puertos como Cádiz, las regiones más evolucionadasdesde el punto de vista económico, como el País Vasco y Cataluña, se habían beneficiado demasiado de la coyuntura del siglo XVIII como para no sentirse profundamente solidarias del sistema nacional y colonial español. Cádiz será pues, en 1810, el crisol donde intenta elaborarse una nación española a la vez unitaria y renovada.
VILAR, P.: Hidalgos, amotinados y guerrilleros. Crítica, Barcelona, 1982 (Serie General 94. Temas
hispánicos, 9), pág. 205.

Texto 3. Las Cortes de Cádiz.

   “Los diputados que componen este Congreso, y que representan a la Nación española, se declaran legítimamente constituidos en Cortes Generales y Extraordinarias, y que reside en ellos la Soberanía Nacional. Las Cortes Generales y Extraordinarias de la Nación española (...) proclaman y juran de nuevo por su único y legítimo Rey al Señor Don Fernando VII de Borbón; y declaran nula, de ningún valor ni efecto la cesión de la Corona que se dice hecha a favor de Napoleón, (...) principalmente por faltarles el consentimiento de la Nación.
No conviniendo que queden reunidos el Poder Legislativo, el Ejecutivo y el Judicial,
declaran las Cortes Generales y Extraordinarias que se reservan el ejercicio del Poder Legislativo en toda su extensión. El Consejo de Regencia reconocerá la Soberanía Nacional de las Cortes y jurará obediencia a las Leyes y Decretos que de ella emanaren (...).
 Colección de Decretos y Órdenes de las Cortes Generales y Extraordinarias


Texto 3. Catecismo español (1808).

"-Dime, hijo, ¿qué eres tú?
-Soy español, por la gracia de Dios.
-¿Qué quiere decir español?
-Hombre de bien.
-¿Cuántas obligaciones tiene un español?
-Tres: ser cristiano y defenderla patria y el rey.
-¿Quién es nuestro rey?
-Fernando VII.
-¿Quién es el enemigo de nuestra felicidad?
-El emperador de los franceses.
-¿Quién es ese hombre?
-Un malvado, un ambicioso, principio de todos los males, fin de todos los bienes y compuesto y
depósito de todos los vicios.
-¿Qué son los franceses?
-Antiguos cristianos y herejes modernos.
-¿Es pecado asesinar a un francés?
-No, padre, se hace una obra meritoria, librando a la patria de estos violentos opresores".

Ruiz, J. "Guerra de la Independencia". Este es un fragmento de un catecismo cívico-católico utilizado en la enseñanza.

Texto 4. Opiniones sobre las Cortes de Cádiz.

a) “Con todo, la revolución gaditana, una revolución de eclesiásticos liberales, letrados, altos cargos, funcionarios militares y hasta nobles, cambió la historia de España. Creó, o fijó, las ideas, el lenguaje y los principios éticos y políticos del liberalismo español. (...) la Constitución de 1812, (...), nació así como símbolo y marco de referencia de las libertades españolas”.

FUSI, J.P. Y PALAFOX, J., España, 1808/1996.

b) “El sistema político diseñado en la Constitución de Cádiz fue considerado (...) como un plagio de la Constitución francesa de 1791. (...) ambas coinciden en cuanto a los principios liberales que inspiran los movimientos revolucionarios de la época: soberanía nacional, unicameralismo, división de poderes, responsabilidad penal de los ministros, independencia del poder legislativo frente a cualquier intento de disolución de la asamblea por parte de la corona, sanción real y veto suspensivo”

ARTOLA, M. La burguesía revolucionaria. 1808/1874.

c) “Dentro del primer constitucionalismo occidental, el texto de Cádiz representa uno de los
mejores modelos, soportando la comparación con la Constitución francesa de 1791 o la
norteamericana de 1787, (...) por el espíritu nacional que respiraba.”

SOLÉ TURA, J. Y AJA, E. Constituciones y periodos constituyentes en España. 1808/1936. Madrid.
Editorial Siglo XXI, 1985, Pág.20.