miércoles, 30 de diciembre de 2009

ACTIVIDADES DE CONSOLIDACIÓN.

1.- Observa los mapas y haz las actividades.






  • ¿Cuál era la situación de Italia y de Alemania a principios del siglo XIX?
  • Explica cómo se desarrolló el proceso de unificación de Italia. ¿Qué territorio lo lideró?
  • ¿Cuál era el principal obstáculo para la unificación de Alemania? Explica cómo se realizó.

2.- ¿Qué rasgos comunes presentan las unificaciones de Italia y Alemania?.


3.- ¿Qué problemas persistían a finales del XIX en los imperios austriaco y turco?.


4.- ¿Cuáles eran los objetivos de la lucha política en Europa occidental en esa misma época?.

lunes, 28 de diciembre de 2009

ACTIVIDADES DE AMPLIACIÓN. LAS REVOLUCIONES LIBERALES.

1. Comenta el siguiente texto y compáralo con el régimen político e institucional absolutista del Antiguo Régimen. Sitúalo en su contexto histórico.

"Los representantes del pueblo francés, constituidos en Asamblea Nacional, considerando que la ignorancia, el olvido o el desprecio de los derechos del hombre son las únicas causas de las desgracias públicas y de la corrupción de los gobiernos, han resuelto exponer, en una declaración solemne, los derechos naturales, inalienables y sagradas del hombre (...).
Artículo 1. Los hombres nacen y permanecen libres e iguales en derechos, las distinciones sociales no pueden fundarse más que sobre la utilidad común.
Artículo 2. El objeto de toda asociación política es la conservación de los derechos naturales e imprescriptibles del hombre. Estos derechos son la libertad, la propiedad, la seguridad y la resistencia a la opresión.
Artículo 3. El principio de toda soberanía reside esencialmente en la Nación. Ningún cuerpo ni individuo puede ejercer autoridad que no emane expresamente de ella."


La Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano. Agosto de 1789.

.

2.- Explica qué supuso la Restauración, desde el punto de vista político, territorial, ideológico y estratégico (congresos y alianzas).

3.- Analiza y comenta este texto, situándolo en su contexto histórico. ¿Fueron aplicadas en la realidad estas ideas?

“ Ningún gobierno puede atribuirse el derecho a intervenir en los asuntos de otro Estado independiente. El derecho de intervención bien entendido se extiende únicamente a los casos extremos en los cuales, a causa de revoluciones violentas, el orden público se halla tan quebrantado en un Estado que el gobierno pierde la fuerza (...). En este estado de cosas, el derecho de intervención corresponde de forma tan clara indudable a todo gobierno expuesto a los peligros de ser arrastrado por un torrente revolucionario, como a un particular le corresponde el derecho de extinguir el fuego de una casa próxima para impedir el alcance a la suya”


Cortés Salinas: “Restauración y primeras oleadas revolucionarias 1815-1830".

4.- Distingue entre las revoluciones de 1830 y la de 1848, desde el punto de vista del tipo de sufragio. Explica en qué consisten dichos tipos.

5.- ¿Cuál fue el balance de las revoluciones de 1848, desde el punto de vista social, territorial y político?

6. -Analiza y comenta los siguientes textos, relacionándolos;

Texto a)
“La burguesía domina. Ella es la nueva aristocracia, la nobleza del siglo XIX. (...) La burguesía domina porque maneja todas las fuerzas sociales; porque posee las fuentes de riqueza, los instrumentos de trabajo, el crédito. El gobierno es tributario suyo, igual que la nación. Por ella el pueblo vive; por ella muere. Ella es, en fin, señora y reina del mundo social. Este dominio está consagrado, proclamado por las instituciones políticas. Es la burguesía quien hace la ley y quien la aplica.”


Texto b)
“Tenemos que ser gobernados por los mejores: los mejores son los más instruidos y los más interesados en mantener las leyes. Ahora bien, con muy pocas excepciones, solo podemos encontrar hombres de estas características entre los propietarios, los cuales están arraigados en el país donde tienen la propiedad, defienden las leyes que la protegen y la tranquilidad que la conserva, y deben a esta propiedad la educación que les permite discutir con sabiduría y justicia.”


Discurso del diputado Boissy D’Anglas en la Convención. Febrero de 1795.
Duclerc, E. Diccionario político y enciclopédico. París, 1842

LA UNIFICACIÓN DE ALEMANIA

Al plantearse el problema de cómo se unificarían los distintos estados alemanes, que eran treinta y ocho, dos de ellos, Prusia y Austria se disputaron la hegemonía.

Austria, en poder de los Habsburgos, era un país con escaso desarrollo industrial, conservadora, proteccionista y empobrecida por los gastos militares, compuesta por pueblos de distintas culturas, con lenguas y religiones diversas, como los croatas, serbios, húngaros y eslavos, que pugnaban por formar estados soberanos.

Ya había fracasado un proyecto unificador, en 1815, cuando se había establecido la Confederación Germana, donde, junto a Austria y Prusia, se habían reunido otros pueblos. Ese mismo año, para luchar contra el liberalismo que amenazaba sus monarquías, Austria y Prusia, firmaron junto a Rusia, la Santa Alianza, por la cual se unían bajo el denominador común de la cristiandad. Al sumarse Inglaterra se conformó la Cuádruple Alianza, que se transformaría en Quíntuple Alianza al unirse Francia.

En 1834, se creó el Zollverein, sin la participación austríaca, que consistía en un mercado económico único, eliminándose entre los estados miembros las barreras aduaneras.

En 1849, se formó una asamblea o Dieta, que duró poco tiempo, con representación de todos los príncipes alemanes, para discutir la unificación.

Prusia estaba gobernada por la dinastía Hohenzollern, y era un país industrial y pujante, con población más homogénea que la austríaca. Con la Revolución Industrial, había cobrado relevancia una nueva clase social, la burguesía, que se oponía a la política absolutista del rey Federico Guillermo IV.

En 1861 el poder real recayó en Guillermo I, de ideas seudo-liberales, que estableció el servicio militar obligatorio por tres años, con el fin de armar un ejército poderoso.

Su canciller, el príncipe Otto von Bismarck, se destacó por su política agresiva, que primero se dirigió hacia Dinamarca, en 1863, donde unida a Austria obligó a Dinamarca a devolver los ducados de Schleswig y Holstein.

Pero luego el dominio de esos territorios también fue objeto de disputas, yPrusia se dirigió contra Austria, usando “la sangre y el hierro”, a quien venció en 1866, armando a sus hombres con fusiles de repetición, y consagrándose Prusia, como el país eje, de la unificación alemana.

La disputa con Francia, gobernada por Luis Napoleón Bonaparte, que incluía entre otros, los territorios de Alsacia y Lorena, fue saldada, cuando Bismarck lo venció en la guerra Franco-prusiana, dominando esas zonas.

En 1867, se formó la Confederación de Alemania del Norte, y el 18 de enero de 1871, se logró la formación del Imperio Alemán, conocido como Reich, gobernado por el kaiser, que no incluyó a Austria.

El poder de Bismarck se mantendría hasta la llegada al poder de Guillermo II.

sábado, 19 de diciembre de 2009

LA UNIFICACIÓN DE ITALIA

A mediados del siglo XIX Italia contaba con 25 millones de habitantes. Poseía suficiente potencial humano y económico como para constituir un gran país, pero no lo era: su fragmentación política y la dependencia de Austria lo impedían. No lograría desarrollarse hasta completar su unidad.
El origen del proceso tuvo lugar en los territorios del norte, los más industrializados, ricos y socialmente avanzados. Fue allí donde se desarrollaron una serie de revueltas antiaustríacas, de carácter liberal, enmarcadas en un movimiento intelectual, cultural y unitario denominado “Risorgimento”.

Italia antes de la unificación
.A inicios del siglo XIX Italia era una expresión de carácter geográfico (tal y como sostenía el canciller austríaco Metternich) con un glorioso pasado cultural. Carecía de unidad política, es decir, no constituía un Estado, sino que se hallaba fragmentada en varios. Algunos de ellos eran independientes, pero otros -antaño libres- se hallaban ahora bajo el control de potencias “extranjeras” como Austria, principal obstáculo de la unificación.

Napoleón Bonaparte en sus conquistas invadió la península e incorporó los estados italianos a su Imperio. Su derrota llevó consigo la reconfiguración político-territorial de Europa, establecida en el Congreso de Viena (1815). A partir de entonces, Italia quedaba constituida por siete estados:
En el Norte.El Reino de Lombardía-Venecia.
Estaba integrado por: El antiguo Ducado de Milán, también denominado Milanesado (en Lombardía), desde 1706 en poder del Imperio Austríaco. La antigua República de Venecia que había jugado un importante papel durante el Renacimiento, pero que se encontraba desde 1797 bajo el dominio de los austríacos . El Reino de Lombardía-Venecia estaba regido por la casa de los Habsburgo. Los ducados de Parma, Módena y Toscana (ésta última, en el centro-norte de la península) estaban gobernados por príncipes de ascendencia austríaca y de facto dependían del Imperio. Tanto el Reino de Lombardía-Véneto, como los ducados, estaban tutelados por gobiernos antiliberales de origen extranjero.
El Reino de Piamonte-Cerdeña. Carlos A. de Saboya. Era políticamente independiente y estaba dirigido por la dinastía de los Saboya, de ascendencia italiana y protagonista de excepción en el proceso de unificación. Con capital en Turín y contando con Génova como importante centro comercial, constituirá el motor de la unificación.
En el Centro. Los Estados Pontificios. Integrados por los siguientes territorios: Romaña, Marcas, Umbría, Lacio, Pontecorvo y Benevento, con Roma como capital. Sus gobernantes eran los papas, desde 1846 Pío IX, auténtico monarca absoluto, opuesto a la unificación al tiempo que profundamente antiliberal.
Los Estados Pontificios cayeron en poder de los franceses durante las guerras napoleónicas, pero tras el Congreso de Viena fueron reintegrados a los pontífices.
En el Sur. El Reino de las Dos Sicilias. Francisco II .Estaba compuesto por Nápoles y Sicilia y era gobernado de modo absolutista por la dinastía de los Borbones.

Desde el punto de vista socioeconómico, había grandes diferencias entre el norte y el sur. El primero, industrializado tempranamente y con una emprendedora burguesía. El segundo, profundamente agrario, poblado por campesinos dependientes de una aristocracia anclada en el pasado. Esta disparidad regional será uno de los principales obstáculos con que se tope el proceso de unificación.

Las iniciales V.E.R.D.I (referidas al famoso compositor de ópera italiano), se utilizaban secretamente para referirse a (Vittorio Emmanuel Rei De Italia). Era como una consigna de los revolucionarios.

1.-Factores de la unificación italiana
1.1.-Ideológicos.

Durante la primera mitad del siglo XIX el movimiento romántico fue determinante en el desarrollo del nacionalismo italiano. Destacados escritores como Manzoni y Leopardi, filósofos como Gioberti o músicos como Verdi y Rossini, preconizan en sus obras la existencia de una patria italiana unida frente a las ingerencias de las potencias extranjeras, especialmente Austria.
Se abre camino la idea del “Risorgimento”, es decir, el “resurgimiento” de una Italia unida, como lo había sido durante la gloriosa antigüedad romana. Defendía una identidad cultural y unos sentimientos específicamente italianos.
1.2.-Políticos.
Hasta la primera mitad del siglo, los intentos de unificación fueron débiles, limitándose a acciones más encaminadas a derrocar las monarquías absolutistas por parte de miembros de sociedades secretas como la de los carbonarios, que a una acción coordinada y unificadora.
Su máxima figura fue Mazzini (1805-1872). Genovés, defendía una Italia unida organizada como república. Antiguo carbonario, fundó la sociedad nacionalista secreta “Joven Italia” que disponía de células repartidas por todo el territorio italiano. Presidió la breve República Romana creada en los territorios de los Estados Pontificios como consecuencia de la revolución de 1848.
Dos años más tarde, la república sería disuelta por la intervención de las tropas francesas que repusieron al papa Pío IX como gobernante de sus antiguos estados. Este modelo representó la tendencia más radical y progresista de cuantas hubo, si bien no llegó a cuajar en la práctica.
Víctor Manuel II. Representó el ejemplo más influyente de todos. Su protagonista más cualificado fue el conde de Cavour, partidario de la unificación en torno a la monarquía constitucional del Reino del Piamonte-Cerdeña, que a partir de 1849 contaría con la inestimable figura del rey Victor Manuel II, de la casa de Saboya.
EcSería este modelo unitario el que se impondría a la larga, dando como resultado la entronización del rey del Piamonte como primer rey de Italia.
1.3.-Económicos.
Entre los factores económicos que propiciaron la unificación italiana, destaca el importante papel desempeñado por los industriales y comerciantes del rico norte, quienes, desde una perspectiva económica, alentaron y apoyaron el proceso. Pretendían, desde un punto de vista moderado, conseguir la creación de un mercado unificado, dotado de eficientes comunicaciones y una buena infraestructura viaria que diera salida a la producción industrial. La fragmentación política y territorial de Italia representaba un serio obstáculo para el comercio, por lo que era preciso eliminar las barreras aduaneras que impedían la exportación de mercancías desde el norte al sur de la península. Ese sur, por su parte profundamente desindustrializado, fue considerado por los industriales piamonteses como un interesante mercado donde vender sus artículos.

2.-EL PROCESO DE UNIFICACIÓN ITALIANO. ETAPAS:

2.1.-La guerra contra Austria de 1848
La sublevación de Milan contra el poder austríaco (dentro del proceso revolucionario de 1848) impulsó a Carlos Alberto de Piamonte a acudir en su ayuda. Lombardía y Venecia también se unieron a Piamonte, declarando su independencia de Austria.
Pero la derrota de las tropas piamontesas a manos del mariscal austríaco Radetzky en Custozza (1848) y Novara (1849), obligaron al rey piamontino a abdicar en su hijo Víctor Manuel, que tenía un mayor grado de implicación en el proceso que su antecesor.
Simultáneamente, en los Estados Pontificios, estallaba la revuelta contra el papa Pío IX, que se vio obligado a huir. Se instauró una República con Mazzini a la cabeza. No obstante, dos años más tarde, en 1850, tropas francesas irrumpieron en Roma y restauraron el poder del pontífice, convirtiéndose en garantes de su independencia. A partir de ese momento los Estados Pontificios se transformaron en un serio escollo para la unificación y una amenaza para el liberalismo.
El intento de unión de 1848 fue un fracaso, los nacionalistas habrían de esperar una coyuntura más favorable para llevar a cabo sus aspiraciones. No obstante quedaba claro la existencia de un sentimiento nacional que impregnaba a importantes sectores de la población y que contaba con las simpatías de potencias extranjeras como Francia y Gran Bretaña.

2.2.-La anexión de Lombardía (1859)Aliado con Napoleón III de Francia mediante el pacto secreto de Plombières, el conde de Cavour, primer ministro del reino del Piamonte, acometió la tarea de expulsar a las tropas austríacas del reino de Lombardía-Véneto. En las batallas de Magenta y Solferino( 1859) las tropas austríacas fueron derrotadas y perdieron Lombardía, pero no así Venecia, debido a que Francia, firmó a espaldas de sus aliados la paz con Austria.

encuentro entre el rey Vittorio Emmanuel I y Garibaldi.

2.3.-La integración de los territorios del norte (1860)Mediante una compensación territorial (cesión de Saboya y Niza) Cavour se ganó la colaboración de Napoleón III. Mediante plebiscitos (referendums) alentados por Piamonte se consiguió la adhesión de Parma, Romaña, Módena y Toscana (1860).
Por su parte, Garibaldi, caudillo del nacionalismo italiano en su sentido más democrático y aventurero, se dirigió desde Génova con sus “mil camisas rojas” hacia el Reino de las Dos Sicilias. Conquista Palermo (Sicilia) y más tarde Nápoles. El reinado de los Borbones en Italia llega con ello a su fin.
Tras las incorporaciones de 1860, sólo restaba para completar la unidad la adhesión de los Estados Pontificios y Venecia. En 1861 muere Cavour sin ver rematada su obra. Meses antes, el primer Parlamento italiano, reunido en Turín, había dado a Víctor Manuel el título de rey de Italia.

2.4.-La agregación de Venecia (1866) y los Estados Pontificios (1870)
La guerra entre Austria y Prusia que estalló en 1866 dio una nueva oportundiad al joven Reino de Italia para anexionarse Venecia. Sin embargo, los italianos, aliados de los prusianos, fueron vencidos por Austria de nuevo en Custozza y su flota destruida en Lissa.

No obstante, la victoria prusiana de Sadowa supuso la incorporación definitiva del territorio Véneto.
En lo que respecta a los Estados Pontificios, se encontraban protegidos por una guarnición francesa. Garibaldi, en 1867, había fracasado en su intento de tomar la capital. En 1870 Francia y Prusia entraron en guerra, los franceses, retiraron sus tropas de Roma y los italianos lograron completar su unificación. En 1871 la ciudad se convirtió en la capital del nuevo Estado. El Papa Pío IX se refugió en el Vaticano, donde se consideró a sí mismo un prisionero.


3.- EL NUEVO ESTADO ITALIANO.
La creación de Italia como Estado unificado supuso la desaparición de las antiguas fronteras, así como la homogenización legal y monetaria. Pero al mismo tiempo, la nueva entidad hubo de enfrentarse a una serie de problemas que dificultaron su cohesión:
El rechazo del papado a admitir la nueva situación enturbió las relaciones con las autoridades italianas. Hasta la firma de los Tratados de Letrán entre Mussolini y la Santa Sede en 1929, no se normalizaron los vínculos entre ambos estados. Ello ocurría en un país extremadamente arraigado al catolicismo y donde he hecho religioso estaba íntimamente ligado al político.
La brecha entre un norte rico, industrializado, urbano e integrado en la economía europea, y el sur preindustrial, agrario y pobre se agrandó. Esa desigualdad económica y social persistió durante el siglo XX y aún hoy constituye una realidad.
El nuevo Estado adoptó el régimen de monarquía parlamentaria, siguiendo el modelo del Piamonte, pero el voto no se extendió a grandes capas sociales hasta 1913, quedando la representación relegada a una minoría, sujeta a menudo a corruptelas.
Los beneficiarios políticos de la unificación fueron los burgueses del norte. Por contra, republicanos y demócratas (Garibaldi, Mazzini) se vieron superados por los monárquicos moderados. Su relevo lo tomarán los movimientos de carácter social del último tercio de siglo y primero del siglo XX, encarndos en ideologías como el anarquismo o el socialismo.

Con todo, la unificación convirtió a Italia en una gran potencia, que jugó un importante papel en el seno de Europa a lo largo del siglo XX. No obstante una parte de población quedaba un tanto al margen del sentimiento nacional, lo que obligó al nuevo Estado a fomentar intitucionalmente dicho espíritu.

miércoles, 16 de diciembre de 2009

LA ELABORACIÓN DE UN ESQUEMA

¿QUÉ ES UN ESQUEMA?


Un esquema es la representación simplificada de una realidad compleja. Su uso ayuda a comprender, memorizar y jerarquizar los elementos que la integran, engranándolos entre sí mediante vínculos conceptuales.

Cuando nos aproximemos al estudio de un tema deberíamos confeccionar un esquema, tras haber comprendido previamente su significado. Ello nos permitirá el rápido acceso a cada uno de los aspectos más significativos del asunto, convenientemente ordenados según su relevancia.

¿CÓMO CONFECCIONARLO?


Para relizar un esquema podemos seguir los siguientes pasos:

1. Lectura atenta del texto y materiales complementarios de nuestro objeto de estudio.

2. Búsqueda del siginificado de términos desconocidos o de difícil comprensión. Utiliza para ello el diccionario.

3. Ordenación del contenido.

4. Elección del tipo de esquema. Cuando lo hayas decidido, mantén el formato para el resto de la materia.

5. Empleo de colores, subrayado y distintos tipos y tamaños de letra, estableciendo niveles de jerarquía (subordinación) según la importancia de cada concepto. Además del color y la letra (mayúsculas, minúsculas, negrita, cursiva) es esencial realizar sangrías de mayor o menor entidad.

(* Sangría: comenzar un renglón mas adentro que el anterior).

Un ejemplo:

PRIMER NIVEL (Letra en color rojo, con mayúsculas, negrita y subrayada con línea continua)


Segundo nivel (Letra en color azul, en minúsculas, negrita y subrayada con línea continua)



Tercer nivel
(Letra en color verde, en minúsculas y con subrayado discontiuo)

--------------------------------------------------------------------------

Cuarto nivel (En marrón, minúsculas, con sangría y sin subrayar)
Quinto nivel
(En negro normal, en minúsculas, con letra más pequeña y con una sangría adicional).

Ten en cuenta:

Puedes utilizar cuantas combinaciones desees. Los colores no tienen que ser necesariamente los arriba expuestos. Puedes utilizar también la letra cursiva (inclinada). Pero sobre todo, debes procurar que el esquema sea claro y atractivo; cuida por ello la presentación, la caligrafía y la limpieza de la página. De un vistazo debes captar las ideas esenciales de lo expuesto.

Lo que siempre debes de evitar:

  • Ceder a la tentación de utilizar excesiva información. El esquema tiene como objetivo condensarla mediante ideas claras y concisas. Nunca debe dar la impresión de farragoso (Largo o aburrido).
  • Que sea demasiado abigarrado (recargado): no abuses del número de colores, tipos de letra o viñetas, ya que restarían precisión al esquema.

Recomendación:

  • Utiliza fichas de tamaño cuartilla en vez de folios. El tamaño del folio en A4 no es el adecuado para un esquema. Un esquema ha de ser fácilmente transportable y manejable para que pueda utilizarse con independencia del libro o los apuntes.
  • El papel sobre el que ha de escribirse debería ser lo suficientemente grueso y rígido como para poder manipularse con frecuencia sin perder su textura original. Piensa en las cartas de una baraja: se apilan, se rozan unas con otras, son fáciles de abarcar con la mano y, sin embargo, resistentes. Esas propiedades debería poseer tu esquema.
  • Escribe tanto el anverso, como el reverso de la ficha o cuartilla. Eso te permitirá contener la máxima información en el mínimo espacio físico, lo que redundará en una sensación de sencillez y a la vez te animará a consultar el material.

miércoles, 9 de diciembre de 2009

EL NACIONALISMO.

El Nacionalismo se define como la ideología que atribuye entidad propia y diferenciada a un territorio y a sus ciudadanos. En ella se sustentan aspiraciones políticas de carácter muy diverso.
la matanza de Quíos. Delacroix.
El nacionalismo se robusteció a raíz de las revoluciones liberales burguesas. En lugar de los vínculos personales en que sustentaba la lealtad al señor feudal o la sumisión al monarca absoluto, se abrió camino un nuevo tipo de relación: la del ciudadano libre dentro del marco del Estado-nación, formado por una unidad compuesta de elementos comunes como la lengua, la cultura y la historia. Los límites del territorio albergaban un Estado constituido por una colectividad claramente diferenciada de otras.

El nacionalismo no nació en el siglo XIX, sino que hundía sus raíces en los siglos bajomedievales como elemento de reacción al feudalismo. La Revolución Francesa intensificó el movimienNAPOLto como medio de exaltación de la nación frente a la monarquía absoluta. NAPOLEÓN alentó los nacionalismos: en Italia criticó la presencia de los austríacos y ayudó a crear un reino nacionalista en Nápoles dirigido por Murat, un general suyo. Pero al mismo tiempo, el imperialismo agresivo que llevó a cabo estimuló los movimientos nacionalistas en su contra, como en el caso ruso, español o alemán (éste último abanderado por Prusia).

Con la Restauración el nacionalismo constituyó una fuerza opuesta a los intentos de una ordenación artificial de los estados; ocurrió con los belgas, incómodos en su integración con Holanda; también con los polacos, que rechazaron la dependencia del Imperio Ruso; checos y húngaros, por su parte, intentaban desligarse del Imperio Austríaco.

Los dos movimientos nacionalistas que más relevancia van a tener lo constituyeron las unificaciones de Italia y Alemania, ambas con un marcado carácter centrípeto frente a los movimientos independentistas que se desarrollaron en los dominios austríacos y turcos.

Giuseppe Garibaldi (Niza, 4 de julio de 1807 - Caprera, 2 de junio de 1882)
Giuseppe Garibaldi. Prototipo del héroe y aventurero nacionalista del siglo XIX

LOS TIPOS DEL NACIONALISMO:

-EL NACIONALISMO LIBERAL. Su máximo defensor fue el filósofo
y revolucionario italiano Mazzini. Éste consideraba que una nación surge de la voluntad de los individuos que la componen y el compromiso que estos adquieren de convivir y ser regidos por unas instituciones comunes. Es pues, la persona quien de forma subjetiva e individual decide formar parte de una determinada unidad política a través de un compromiso o pacto.
Giuseppe Mazzini (22 de junio de 1805 – 10 de marzo de 1872). Ampliar imagen
G. Mazzini

Desde ese punto de vista cualquier colectividad era susceptible de convertirse en nación por deseo propio, bien separándose de un estado ya existente, bien constituyendo una nueva realidad mediante la libre elección. La nacionalidad de un individuo estaría por lo tanto sujeta a su exclusivo deseo. Este tipo de nacionalismo fue el que se desarrolló en Italia y Francia, muy influido por las ideas de la Ilustración.

-EL NACIONALISMO CONSEVADOR U "ORGÁNICO".

Johann Gottfriend Herder (1762-1814). Ampliar imagen
J. G. Herder

Sus principales valedores fueron Herder y Fichte ("Discursos a la nación alemana", 1808). Según ellos, la nación conforma un órgano vivo que presenta unos rasgos externos hereditarios, expresados en una lengua, una cultura, un territorio y unas tradiciones comunes, madurados a lo largo de un largo proceso histórico.
La nación posee una existencia objetiva que está por encima del deseo particular de los individuos. El que pertenece a ella lo seguirá haciendo de por vida, con independencia del lugar donde se encuentre. Sería -sirva el ejemplo- como una especie de "carga genética" a la que no es posible sustraerse mediante la voluntad. Este tipo de nacionalismo fue el esgrimido por la mayoría de los protagonistas de la unificación alemana.





LAS ETAPAS DEL NACIONALISMO.

HASTA LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO (1848) el nacionalismo fue un movimiento de carácter liberal progresista, enfrentado al legitimismo de la Restauración y promotor de movimientos de liberación nacional: Irlanda frente a G. Bretaña, los checos y húngaros frente al Imperio Austríaco, las colonias americanas frente a España, etc.

A PARTIR DE LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO fue transformándose cada vez más en una ideología de carácter conservador y agresivo que supeditaba la libertad y dignidad del individuo (características de la etapa anterior) a los intereses de los grupos sociales que controlaban el poder. Desde entonces sirvió a las ambiciones del imperialismo y contribuyó a la gestación de conflictos que en el siglo XX desembocaron en la I Guerra Mundial.

El nacionalismo surgió en principio en el entorno de minorías muy activas, pero se convirtió en las últimas décadas del siglo XIX en un fenómeno de masas. Las revoluciones de 1848 le sirvieron de auténtico trampolín. Austria, la Confederación Germánica, Italia (rebelión de Milán y Venecia frente a los austríacos), Hungría, etc., constituyeron ejemplos del ascenso de los sentimientos nacionalistas en la Europa de mediados de siglo.

Encuentro entre Bolívar y San Martín
Nacionalismo americano. Encuentro entre Bolívar y San Martín