sábado, 15 de marzo de 2008

VIDA PRIVADA DE ISABEL II


Continuando con el tema de la España Liberal y su consolidación hay que destacar en ella como figura central a la Reina Isabel II. Hablamos de su madre, Maria Cristina de Borbón y de su ajetreada vida sexual. Finalmente tuvo que renunciar a la Regencia en octubre de 1840 tras el movimiento encabezado por el general Espartero. Pero éste, lejos de colmar las espectativas progresistas generalizadas, acabó gobernando dictatorialmente, con las Cortes disueltas. Un pronunciamiento lo derrocó y restituyó una sobra de gobierno parlamentario que nuevamente desembocó en una dictadura, esta vez del general Narváez.


Por lo que respecta a la Reina, hay que señalar, como bien indica en la obra "Historia de España para escépticos " J. Eslava Galán, que Isabel fue una niña con una educación muy pobre, prácticamente era analfabeta. En lo que resultó precoz fue en el sexo. A los trece años, declaran su mayoria de edad y, a los dieciséis, la casaron con su primo Francisco de Asís, ocho años mayor que ella. Su marido era bisexual, tirando a maricón y voyeur. Creció Isabel, más a lo ancho que a lo alto, y se convirtió en una reinona gorda y fofa, castiza y chulapona, hipocondríaca y fecunda.
La Reina era muy fogosa y tuvo decenas de amantes, uno de los cuales, Carlos Marfiori, llegó a ministro. Tuvo Isabel once hijos, de los cuales le vivieron seis. Los que vivieron parece que tenían otra paternidad que no era la de su marido, sino de distintos amantes. El primero, una niña, del apuesto comandante José Ruiz de Arana, y el siguiente, un niño, el rey Alfonso XII, del capitán de ingenieros Enrique Puig Moltó. Más adelante tuvo otras tres niñas de su agraciado secretario particular, don Miguel Tenorio de Castilla.
Desde el punto de vista dinástico no es ningún problema el que Alfonso XII fuese hijo adúlterino, ya que según la ley española, fiel al código napoleónico, sostiene que todo hijo nacido dentro del matrimonio tiene como padre al marido.
Una anécdota: para que se vea el carácter llano y borbónico de la Reina, al ginecólogo que auscultándola predijo que estaba embarazada de un varón ( Alfonso XII) le concedió el título de marqués del Real Acierto.
Otra anécdota definitoria de la consideración que de Isabel II tenían, incluso a nivel internacional: El papa , que se había resistido a bautizar a Alfonso XII por ser hijo adulterino, finalmente aceptó y apoyó a la Reina Isabel, incluso la condecoró con la más alta distinción vaticana, la Rosa de Oro. Un cardenal, indignado objetó: - Santo Padre, ! es una puttana!. A lo que el Papa respondió: - Una Puttana, ma pia ( Puta , pero piadosa).